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RESEÑAS

Reseña de Joseph McGregor

“Sin Pedriguí” cumple a la perfeccción y de manera fidedigna todas las características de la novela “Noir” o Negra clásica norteamericana que cultivaron autores tan importantes como Raymond Chandler, Mickey Spillane o Dashiell Hammett. A diferencia de la intriga típica de la novela británica aquí lo más importante no es descubrir al culpable del crimen sino la investigación en sí que se desarrolla casi siempre en ambientes de lumpen, gansteriles o mafiosos, puticlubs, salas de juegos clandestinas, barrios bajos, presidios e incluso rings de boxeo, garitos de apuestas ilegales, etc. El investigador no tiene porque ser un “lumbrera” y debe de tener algo de perdedor, alcohólico, escéptico, cínico y misógeno; un tipo que intenta salvar su pellejo o salir del maldito embrollo en el cual se encuentra envuelto. Lo importante es que a través de este personaje se hace un reflejo de una realidad social muy concreta; de alguna forma Sam Spade, Mike Hammer o Philip Marlowe nos introducen o presentan esos ambientes de barrios bajos y de alta sociedad norteamericana. No deben faltar tampoco algunas hermosas femmes fatales de la jet-set o vampiresas de todo a un euro, supervivientes también y capaces de cualquier cosa por no perder su status quo o por el chulo que las maltrata. El tono de la narración, de los diálogos que mantienen los personajes debe ser bronco, aspero, duro, nada elegante, callejero o barriobajero.


Todas estas condiciones las cumple a rajatabla la novela de Belén Márquez. A través del personaje de EL INDIO - un sujeto con carisma sin duda alguna, perfecto para Javier Bardem en una posible adaptación cinematográfica - vamos conociendo los ambientes de traficantes, camellos y consumidores de droga del barrio del Vendrell así como garitos de música country, humo y tabaco, sexo y alcohol. El Indio intenta cumplir su misión y lo hace con la ayuda de Mariano, con el que forma un dúo peculiar pero de eficacia más que demostrada. Lo importante, como ya digo, es la investigación en sí y las anécdotas o peripecias por las que estos van pasando. Por eso, el desenlace resulta consecuencia lógica de todo lo anterior, coherente y bien hilvanado, con pocas sorpresas porque eso es lo que hay. Buscar una solución sorpresiva o más impactante habría perjudicado a una novela que no busca provocar tal efecto en el lector sino presentarle una realidad muy concreta, unos personajes muy específicos y unos ambientes marginales que están descritos con gran poder de convicción.

Entretenimiento en estado puro.

Joseph B Macgregor


                                                                                                                  

Reseña de Susana Eevee
Blog Susana escribe

Paso a dejaros una recomendación la mar de interesante.

Se trata de una novela policiaca: Sin Pedigrí (J.C.P. Agente antidroga), de Mª Belén Márquez escrita en colaboración con Juan C. Pérez. Yo he tenido el privilegio de leerla calentita, recién salida de las hábiles manos de su autora.

Ya había leído otra novela suya: El Paladín de la Reina, estupenda novela de fantasía épica que nada tiene que envidiar al High Fantasy que se escribe allende estos lares. Pero Sin Pedigrí me pareció más madura, más redonda, mejor escrita. Y, desde luego, más adulta. Y es que estamos ante una muy buena escritora. Y aquí me permito un inciso para decir que en esta familia debe de haber un gen que propicia la buena escritura, porque ahí tenemos a su hermana Carolina.

Mirad, yo no he leído ninguna de esas novelas policiacas llegadas de los hielos nórdicos. Ni siquiera el género me interesa demasiado (los que me conocen bien saben que lo que a mí me pone es la fantasía épica). Sin embargo, Belén ha sabido captar mi interés por esta novela, cuyos hechos transcurren en España, a mediados de la década de los ochenta. Ha sido muy curioso descubrir cómo eran las actuaciones de la policía de antidrogas, y con qué medios contaban para desarrollar su trabajo en una época en que los adelantos tecnológicos nos los soñábamos.

Belén a sabido captar la esencia de aquellos años, el día a día, el lenguaje de la calle. La música. La vida del barrio. El bar. Las discos. El puticlub. La droga. Lo sórdido y lo bello. Todo ello una trama no excesivamente compleja y con muy buenos personajes (ese Mariano, qué gran descubrimiento). Los autores (no me olvido de Juan) nos narran un caso policial real que sucedió en El Vendrell, Tarragona, en 1984. Camellos, guardias civiles de paisano, pijos, prostitutas y traficantes convergen en esta novela que, tampoco me olvido, tiene un protagonista que es todo un acierto: el Indio, un hombre que camina sobre el filo, que se aferra a una profesión que es su vida, un trabajo que lo marca y lo moldea. Un policía duro, cínico, gruñón; un sabueso de la calle. Os invito a descubrir quién es la Dama de este Vagabundo sin pedigrí.


                                                                                                                                                                                 

Reseña de Anabel Botella
Blog: La ventana de los libros

Esta historia está basada en un hecho real, y esto mismo fue una de las cosas que más me llamó la atención cuando decidí comprarla y darle una oportunidad. La vida supera muchas veces a la ficción, como es el caso de esta novela.


Esta historia está contada desde la perspectiva de J.C. Pérez, apodado “El indio”, un agente de la Guardia Civil. Para situarnos en esta trama y en las características de este personaje solitario tenemos que retroceder unos cuantos años, a los años 80 concretamente. En estos años la heroína era una droga que estaba muy de moda y no distinguía de clases sociales. Yo misma he conocido familias destrozadas por la heroína.

Juan es un personaje que responde al arquetipo de policía solitario, además de ser amante del country y del buen whisky. Una característica de Juan es llevar un caliqueño en alguno de sus bolsillos, que fuma cuando está nervioso. Podríamos decir que Juan es una versión españolizada de Philip Marlowe, aunque en este caso el personaje es real.

Durante todo el proceso que dura la investigación vamos conociendo las distintas caras de Juan. Por una parte podemos observar cómo se muestra distante y duro con los traficantes de drogas y con los mafiosos. Juan se muestra cínico y algo descreído ante una sociedad que ha perdido la cabeza por la heroína. Por otra parte vemos cómo se relaciona con las mujeres. Con casi todas las mujeres con las que mantiene relaciones íntimas son prostitutas. No se permite amar, como tampoco se permite tener muchos amigos.

Sin embargo, a pesar de relacionarse con prostitutas también observamos que esa fachada de hombre duro se derrumba cuando conoce a Rosa. Me ha gustado descubrir que Juan es ante todo una persona fiel y honesta a sus principios. Sabe qué fronteras debe cruzar y donde está su sitio. Todos los encuentros con mujeres que mantiene Juan están bien narrados y tienen el tono que requiere esta historia policíaca.

Los años 80 se caracterizaron también por la movida madrileña, aunque en este caso Juan prefiere la música Country y perderse en su rincón favorito: El Tennesse, un lugar que a día de hoy sigue funcionando. En ciertos momentos me daba la impresión de que Juan estaba perdido en la época que le había tocado vivir. Este es uno de sus encantos: un quijote luchando por causas perdidas.

Me ha gustado también recordar unos años y darme cuenta de que muchas cosas que narraba Juan las podía reconocer porque yo también viví esa época. Mis recuerdos de aquellos años fueron los de mis primeros bailes, la de una época loca, y sin embargo la visión de Juan es totalmente diferente a lo que yo recuerdo. Juan es pesimista con su época y consigo mismo.

Sin embargo hay ciertos detalles mejorables en esta novela. En algunos momentos he percibido que la narración eran más los recuerdos del informe policial de Juan, supeditando estos momentos a la narración propia de una novela, y pasando por según qué acontecimientos con prisas. También me ha parecido que el final es muy precipitado, como si una vez que se ha resuelto el caso ya quedara poco por decir. No me hubiera importado que los autores hubieran alargado el final.

Teniendo en cuenta que esta novela está autoeditada, todos los pros pesan mucho más que algún contra. Yo sólo les deseo que una editorial apueste por esta historia y pueda llegar a un buen número de lectores.

                                                                                                                                                                           

Reseña de Bernat Seda (Cyber-Cowboy)
blog: Cyber-Cowboy


Año 1984, en la pequeña localidad del Vendrell, dentro de la provincia de Tarragona, se encuentran en un piso de la rambla, el cuerpo de una joven rubia muerta en el baño. Asombrados por quien era la chica muerta, el grupo Antidroga de la Guardia Civil de la provincia capitaneado por J.C.P empiezan a investigar e intentando atar los cabos. Mientras andan tras las pistas, la música de Willie Nelson, Creedance Clearwater Revival, entre otros cantantes, acompañan a nuestros protagonistas. La información no está del todo clara y todo apunta a que sea un suicido por parte de la joven, pero a nuestro protagonista le faltan cabos por atar. Llegando casi al fondo de la cuestión, descubre que no es realmente así. Podrán nuestros protagonistas atrapar al criminal? Les será una dura tarea? Que tendrá que pasar para llegar hasta el fin de la cuestión? Todo esto y más os lo encontrareis en las páginas del libro.


En mi opinión, el vocabulario del libro es fácil de leer y entender. Por decirlo alguna manera es fácil de tragar. Se definen muy bien cualquier escena del protagonista y su alrededor de cada lugar en donde él visita. Es un libro que es divertido de leer debido a las expresiones que utiliza la escritora, y mantiene toda la intriga de una novela policíaca, eso hace que no puedas dejar de leer en todo momento. En mi caso, que no soy fan de la lectura, me ha enganchado bastante. También me gusta de este libro que es preciso, no es un libro en donde estés leyendo paja constantemente y esa precisión hace que sea una buena lectura. Me ha gustado tanto que quiero que se haga la segunda parte.




                                                                                                                                                                    


Reseña de CAROLINA MARQUEZ ROJAS
blog: El Espíritu del Halcón

"Era una fría y lluviosa tarde de invierno, de 1984..."


Así empieza la historia basada en hechos reales Sin Pedigrí, una historia que no te dejará indiferente. ¿Naciste en la década de los 60? Si es así, viviste los mejores años de tu juventud con la movida de los 80, pero si bien este relato se centra en esos años, nada tiene que ver con la maravillosa movida.

La novela policíaca es una novela complicada, pues tiene mucho de novela psicológica; cuando un agente de la ley debe perseguir y capturar a un delincuente, del que no conoce su identidad, debe poner en juego sus cinco sentidos y adentrarse en la mente del criminal para adivinar cuál será su próximo movimiento. El policía debe meterse en la piel del personaje, pensar como él, actuar como él, haciendo los amigos que él haría, viviendo el mundo que el delincuente vive, jodiéndose de puro asco por lo que encuentra pero sabiendo lo necesario que resulta para sacar de las calles a la escoria que pulula en ellas y que desgracian otras vidas. Es uno de los trabajos más duros que existen, que curten la piel y el carácter del policía, del agente que se patea las calles para que nuestras vidas, las de las personas corrientes y "legales" sigan viviendo en paz.

Juan, "El Indio", es uno de estos agentes.


Juan es un personaje real; en esta historia todo es verídico pero se han cambiado los nombres de los implicados para no ofender ni abrir viejas heridas, aunque es inevitable para los que viven en los lugares próximos a los hechos el recordar lo sucedido pues tuvo gran trascendencia en la prensa de la época. Juan es un agente del antiguo Grupo Antidroga de la Guardia Civil de Tarragona, actualmente conocido como Grupo de Investigación Fiscal Antidroga (G.I.F.A.), una unidad especial dedicada a perseguir todo tipo de delitos fiscales.

El Indio tiene una vida solitaria, la típica vida del agente entregado a su trabajo. Sus pocos amigos son sus compañeros del grupo antidroga -¿en quién vas a confiar si no es en el que debe cubrirte las espaldas?. Su aspecto físico no es corriente, de ahí su apodo, pero es que él tampoco es un tipo corriente, lo cual se refleja fielmente en el relato. Conozco a Juan y es un hombre con una fuerte personalidad y un carácter que roza la prepotencia, el orgullo, la bordería y la vacilación...pero eso es sólo la primera impresión. Si bien esos son rasgos característicos de su personalidad, cuando lo conoces sabes, intuyes, que es pura fachada. En realidad tiene un gran corazón que mueve a la ternura y que esa fachada no es más que una coraza que le protege de los peligros de su profesión.


El relato comienza en la población de El Vendrell (Tarragona) con el supuesto suicidio por sobredosis de una joven de buena familia de la ciudad. El olfato de El Indio detecta inmediatamente que tras ese aparente suicidio se esconde algo mucho más importante y comienza a investigar con los escasos medios científicos de la época. No estamos ante un capítulo de C.S.I., con modernos laboratorios, pruebas a la última sobre ADN, balística, huellas dactilares, etc., las modernas máquinas que hacen actualmente todo el trabajo de investigación no existían en los 80. Era el instinto del policía lo que llevaba a la verdad; era el investigador quien descubría, con dificultades que ahora no existen, la verdad sobre los hechos, por su tesón, tozudez e insistencia, porque sólo el verdadero sabueso con olfato podía "conocer" que realmente esa verdad se hallaba oculta y sabía dónde encontrarla.

La labor de investigación llevada a cabo es sobresaliente. Nada como las conversaciones de la autora con el protagonista para conocer de primera mano la auténtica historia y los acontecimientos reales. Juan acaba "confesando" ante Belén Márquez los pormenores de su existencia como agente de la ley. Se atreve incluso, aunque con cierto rubor, a contar sus encuentros sexuales con la prostituta que es su confidente, con Rosa, la pija rubia inaccesible que entorpece su vida y otras cosas. Porque Juan es duro pero también sensible y busca querer y a alguien que le quiera por lo que es él como persona.

Juan cuenta con un equipo de compañeros magnífico, sin el cual sabe que sus logros no serían tales; son esos compañeros el contrapunto del personaje, los que aportan una nota de humor en la historia, necesario repiro para un relato emocionante. Pero lo más relajante en la novela son las referencias a la música country. Juan es un enamorado de esta música, siempre lleva en el desvencijado 127, el coche policial, una cassette con las canciones de Johnny Cash, o de la Creedence Clearwater Revival; él pasa de la música de la movida. Los lugares que frecuenta son lugares que hoy en día existen en realidad: el Tennesse de Comarruga (Tarragona) es un lugar de referencia para los amantes de la música country, y su propietario, Mario, sigue regentando el local a día de hoy.


Una estupenda historia real para recordar. Un reconocimiento a la labor policial de la época. Un paso hacia el pasado y una alabanza hacia la música country. Un homenaje hacia un policía esforzado en descubrir la verdad. Todo esto es Sin pedigrí. No os la perdáis.

Y recordad que éste, no es un buen año para las rosas...*



*para entender esta expresión se debe llegar al final de la novela.


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