Tomando decisiones
El manuscrito de Sin Pedigrí se encuentra en estos momentos en manos de un editor a quien conocí en Sevilla. El resto de editoriales a quienes envié una carta previa al manuscrito siguen sin responderme y las agencias a las que pregunté me querían cobrar por adelantado sólo por el placer de leérselo. Así que cuando Juan me comentó que tenía varias presentaciones y que necesitaba un mínimo de 100 ejemplares para vender, le propuse imprimirlos en bubok, ya que era el único medio que yo conocía para hacerlo.
Una vez realizadas las primeras pruebas, correcciones, portadas y demás nos planteamos el hecho de poder distribuirlos a unas cuantas librerías de la zona. Para eso teníamos que tomar una decisión: autopublicar en serio, o lo que es lo mismo, legalizar la obra: solicitar un número de ISBN, enviar unos ejemplares al depósito legal y generar el código de barras que nos permita distribuir nuestra obra.
¿Qué inconvenientes tiene? Yo no le veo ninguno. El hecho de que tu obra se lea o no depende en parte de la editorial que adquiera los derechos de tu obra. Sé de libros que han estado almacenados por descuido de la editorial que los distribuía, y otros que no se encuentran por ninguna parte por ser la editorial demasiado pequeña. Hay que tener suerte y que una editorial grande te lea y Sin Pedigrí no va a ser la única novela que escribamos Juan y yo juntos; así que la decisión está tomada y la suerte echada. Ya son varios los ejemplares que tenemos reservados y eso sin contar con las presentaciones que tenemos programadas. Espero que la suerte esté de nuestro lado y podamos contar con esa primera tirada para Sant Jordi...